|
|
José Ignacio de Aldecoa, España
Huellas
Tenue la luz en la espera del alba
erraba la noche, litúrgica y vaga,
por la angustia verde de las algas.
Un anillo de diablos volando
y un pegajoso balbuceo de ídolos
y el pez encallado en la orilla,
como un pecho pequeño del mar,
aromando tu marcha nocturna.
¡Ah! el alba rodando y rodando
con un mundo cerrado de pasos,
por la fruta amarilla del alba
con tu mundo cerrado de pasos.
|
|
|