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Josefina Leyva, Cuba
En ruta
Llegaste, campanada en la distancia,
tus huellas, detenidas en la arena,
y el camino, un reguero de migajas
que la brisa sopló sobre la yerba.
Apareciste tú. Traías el mundo
sometido a un dibujo en tu sonrisa.
Y tus ojos, dos pájaros sin rumbo
esperaban la trampa de una cita.
Era el amor que llegaba de golpe
con su llama de vértigo y su prisa
empuñando el secreto de tu nombre.
Y te fuiste dejándome perdida,
como una rueda se detuvo, herida,
como un mendigo en una muchedumbre.
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