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José Luis Mejía Huamán,   Perú, 1969 
  
Vino como la sombra...
  
Vino como la sombra o como el fuego 
que todo lo marchitan. Como el grito 
que todo escandaliza. Como el rito 
del ajedrez, que es guerra pero es juego.
  
Nadie supo decir cómo sus formas 
quebraron el espejo. Cómo el ojo 
de tanto Sol herido y tanto rojo 
pudo incendiar crepúsculos y normas.
  
Todos guardan silencio. Nadie cuenta. 
Pero su nombre vive en la memoria 
del pueblo que no es voz, luz, ni tormenta.
  
En sus manos gestaba la victoria. 
Sólo Dios la recuerda, cenicienta, 
en un cuarto vacío. Sin historia. 
  
Canta el verso y la guitarra
  
 
Canta el verso y la guitarra, 
canta la voz de la noche, 
canta el ave con derroche, 
canta el vino de la jarra. 
Canta el puñal que desgarra, 
canta el hombre moribundo, 
canta el pobre vagabundo 
que va pidiendo monedas, 
cantan en nuestras veredas 
todas las calles del mundo. 
  
 
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