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José Lamarque de Novoa, España, 1828
El burgués
En constante labor, serio, inclinado
sobre humilde carpeta todo el día,
luchando a veces con la suerte impía,
al negocio el burgués vive entregado.
Cual padre amante, como esposo honrado,
su familia es su gloria, en Dios confía,
y, si ventajas logra en su porfía,
utilízase en ellas el Estado.
Mas, ¡ay de él cuando es rico! Se le apoda
ladrón y avaro, y obligarle es moda
a sacrificios mil por el obrero.
Y, por huelgas e insultos perseguido,
recorre a su pesar, casi rendido,
de un Calvario sin fin brusco sendero.
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