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José Luis Estrada Betancourt, Cuba
Los dos mares
Es tuyo, sí, ese mar; pero este mío
es mar tan femenino y ondulante,
se tiende tan mimoso, tibio, amante,
cuando el tuyo se yergue duro y frío,
que es como una mujer, que el albedrío
nos roba, imperativa y susurrante...
Este es mi mar, y el tuyo es el gigante
que de cólera sabe y desvarío.
Tiene este mar los ojos azulados,
tersa la tez, y en su canción de oro
se ocultan las sirenas encantadas.
Verdes los suyos tiene, y acerados,
ese mar, cuya voz es como un coro
de almas bajo sus olas sepultadas.
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