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José Manuel Marroquín, Colombia, 1827
Tu nombre
Templan los vates para ti su lira;
las hermosas envidian tu hermosura,
y escoge por modelo la Pintura
tu rostro encantador que al genio inspira.
Bella te nombra quien por ti suspira,
y admirara tu angélica figura
quien no te amara a ti, si por ventura
pudiera no adorarte quien te mira.
Yo reconozco tu belleza rara;
pero también confesaré, señora,
que aunque no fueras bella, te adorara;
que lo que a mí me rinde y me enamora,
lo que hallo mas perfecto que tu cara
es tu nombre, dulcísima Melchora.
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