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José Miguel Ullán, España, 1944
Manjar lento
Benditas sean las cosas que llegan siempre tarde
y no lo sienten
–perdidas ya de vista o bien batidas
o incluso blanquecinas al sol del tacto–;
su demora nos libra del sofoco
propio de cualquier logro puntual
engullido
sin pasar por el paladar ("¡a otra cosa!")
de la gratitud no rentable.
Testamento
la voz es voz
hiciera
añicos las palabras redentoras
...la quijada blandida,
la mueca de tu hermano,
la saliva secreta, la agonía
capaz, de darte posesión primera,
última ya (oh cuerpo ensangrentado),
herencia de este salmo, tierra ajena,
fuga para siempre, libertad cautiva...
la voz es voz
no existe
no existe aroma nuevo
cerrad mis párpados
Unidad
Unidad, nos hemos salvado,
aunque fuera preciso creerse
en los brazos del sueño primero:
esas sombras que cruzan el Duero
para oírse gemir en la noche
de la otra orilla, al desnacer,
lo mismo:
¿Qué es esto que yo no he sido?
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