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Juan Antonio Corretjer Montes, Puerto Rico, 1908
Mar Caribe
Desde mi verdinegra serranía
hoy vengo a ti, Caribe soñoliento,
ansioso que me bese el pensamiento
tu boca de limón y travesía.
Una aventura de piratería
corre la nube por tu barlovento,
y ya, a bandera desplegada, lento,
borra el sol tu poniente de sandía.
¡Oh, mundo azul de espuma y claridades.
Esa impávida estrella que ha nacido
de tu líquida frente y las edades
de ignorantes ayeres conocido,
Bayoán domador de tempestades,
no sabes de la muerte ni el olvido!
Guanín
Porque me pusiste al pecho
este guanín relumbrante,
he de andar, el hacha en mano,
y la muerte por delante.
Mano que unciste a mi cuello
el guanín del batallar:
con mi cemí, con mi flecha,
¡conmigo te enterrarán!
Pictografía
Caía un sol todo Borinquen sobre
mi frente descubierta.
Yo me acerqué en silencio, conmovido,
hasta esa hipnósis que grabó una estrella,
no sé en que ardiente areyto de presagio,
para que esta mañana se leyera.
–Recoge tu Destino, Borincano,
en esta luz que se ha tornado pétrea.
Ni sol, ni lluvia; ni traición, ni nada,
podrá borrar lo que se ha escrito en piedra!–
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