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Juan de Quiroga,   España 
  
Alta, piadosa máquina...
  
Alta, piadosa máquina, eminente, 
cuya majestuosa arquitectura 
del estrago del tiempo se asegura 
en las admiraciones de la gente.
  
Cuantas riquezas engendró en Oriente 
el sol, en Occidente plata pura 
la errante Luna, en pródiga escultura 
culto a tu adoración hacen decente.
  
En ti pomposamente se venera 
de cinco Santos la feliz memoria 
con celo pío y víctimas fragantes.
  
¿Quién sino estirpe tuya, Ignacio, fuera 
tan viva imitadora de la gloria, 
que en tálamos de luz gozan triunfantes? 
  
 
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