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Kattia Chico, Costa Rica, 1969
Un sonido ensangrenta...
Un sonido ensangrenta estas paredes.
Veo las gotas rodar, rayando todo,
contemplo cómo van formando redes;
soy la araña que acecha en el recodo.
Imperceptiblemente mudo pieles
que flotan como vivas hacia el centro,
se acumulan despojos para hacerme
la reina de la tela del silencio.
Y mis ojos compuestos quedan ciegos,
y mis patas de antena quedan sordas.
No puedo ni vivir y menos puedo
dejar la seda fósil de algún eco.
Ya sé que no existí, que no me nombra
la música fantasma del desierto.
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