|  |  | Leonidas Florez,   Colombia
 
 
 Infinito
 
 Anunciaban los limpios horizontes
 con su fulgor la luz de la mañana;
 las blancas nubecillas parecían
 de bellos cisnes colosal bandada.
 
 Ella sentada junto á mí en la prora
 el océano inmenso contemplaba;
 yo interrumpí sus tristes pensamientos
 diciéndóle al oído: –Y aun me amas?
 
 –¡ Tanto! me dijo, é inclinó la frente,
 Para esquivar la luz de mis miradas;
 Yo con mis labios la enjugué amoroso
 El llanto que brillaba en sus pestañas.
 
 –¿ Y es muy grande tu amor? volví á decirla;
 Y entónces ella, en majestuosa calma,
 –¡ Así ! me dijo, y me mostró el espacio
 Sin límites ni fin y el mar sin playas!
 
 
 Sideral
 
 Ya se eleva la luna tras de los montes;
 ya se aduermen los vientos entre las palmas;
 y al contemplar la luna más horizontes
 se abren más horizontes á nuestras almas.
 
 Qué delicia que juntos en raudo vuelo,
 sin dejar en el aire huella ninguna,
 llegáramos besándonos hasta el cielo
 y por hogar tomáramos la alba luna!
 
 Volar como dos nubes de opuestos polos
 eléctricos, que imitan aureos vellones!...
 ¡Qué soledad tan dulce la de dos solos
 que al volar se compriman los corazones!
 
 Arder aquí en la tierra como dos llamas,
 vibrar en el espacio como dos notas,
 y morir en la luna si no me amas,
 como dos tristes liras á un tiempo rotas!
 
 Y al alzarse la luna llena y brillante,
 como hostia de luz viva sobre el sagrario,
 las almas que bien se amen en adelante,
 se darán siempre citas á nuestro osario!
 
 
 
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