|  |  | Luis Alberto Cabrales,   Nicaragua
 
 
 Desolado canto
 
 Un gallo canta en el fondo de la noche,
 lejano canta e íngrimo.
 Cantó a Pedro en el Santo Evangelio
 y en coros cantó al Cid
 en la madrugada del Romancero.
 Pasó Pedro, pasó el Cid,
 ¡y yo he de pasar también, Dios Mío!
 y sólo queda el canto de los gallos,
 el desolado canto íngrimo.
 
 
 Piches entre la luna y las nubes
 
 Pasa el viento, pasan las nubes,
 pasa la luna con las nubes.
 Gritos de aves sollozantes rasgan el silencio:
 Piches entre la luna y las nubes.
 
 Año con año pasan,
 y sus gritos llenan de tristeza el mundo
 y mi vida.
 ¿Estaré contigo, estarás conmigo,
 cuando pasen de nuevo
 entre la luna y las nubes?
 
 
 Primer aguacero
 
 Anoche, toda la noche,
 cayó el primer aguacero.
 
 Por eso
 alegre estaba el campo en la mañana
 con su camisa blanca de todos los domingos
 y el pantalón azul de la Semana Santa.
 
 Alegre estaba el campo
 de azul y de blanco.
 
 Silbando se fue a la ciudad
 con su nuevo sombrero de pita;
 trascendía a hierba, a fruta y a humedad.
 
 Como viera los árboles todos llenos de trino,
 como viera las nubes todas llenas de sol,
 compró para el colocho un centavo de olor
 en la venta que puso mayo en el camino.
 
 
 
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