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Luis Vargas Tejada, Colombia, 1802
Mi asilo
De un bosque enmarañado en la espesura,
bajo un peñasco inmóvil y musgoso,
negra mansión del búho pavoroso,
hubo una cueva, aunque pequeña, oscura.
En las entrañas de la tierra dura,
aquí mis manos con afán penoso
cavaron un asilo tenebroso,
de un ser viviente triste sepultura.
Un giro anual el sol ha completado
desde que ausente y solitario moro
en mi lóbrega tumba confinado.
Aquí mi amarga situación deploro;
y cuanto tiempo en tan fatal estado
he de yacer, ¡ay infeliz! ignoro.
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