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Magda Stella Quintero de la Pava, Colombia, 1935
Agonía
Este silencio que me oprime tanto,
estos brazos que estrechan el vacío,
esta sangre que riega el cuerpo mío
reclaman tu presencia con espanto.
Este dolor que crece con el llanto
se desborda en caudal turbio y bravío,
me somete al tormento y al desvío
y me cubre de sombras como un manto.
¡Ay soledad, pavor, melancolía
que llenan cada espacio de mis horas!
¿Cuándo amanecerá para mis penas?
¿Cuándo volveré a estar con alegría,
ansiosa, esperanzada en las auroras
que sosieguen la angustia de mis venas?
Pesar
Fue tan bella la vida en tu presencia,
fue tan grande la paz con tu alegría
y en esta tarde amarga tan sombría
es tan culpable el fondo de tu ausencia.
Desata mi pesar esta existencia
porque quedó tu ruta tan vacía,
voy derramando llanto y me desvía
porque tú ya no estás y no hay clemencia.
Mi corazón se duele en su quebranto
y tengo de la angustia, tanto, tanto,
y no puedo saber quien soy ahora.
Ya no soy la de ayer, la que contigo
gozó tanto la dicha de hoy persigo
desde el anochecer hasta la aurora.
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