Manuel de Zequeira y Arango, Cuba, 1764 Contra el amor Huye, Climene, deja los encantos Del amor, que no son sino dolores; Es una oculta sierpe entre las flores Cuyos silbos parecen dulces cantos: Es néctar que quema y da quebrantos, Es Vesubio que esconde sus ardores, Es delicia mezclada con rigores, Es jardín que se riega con los llantos: Es del entendimiento laberinto De entrada fácil y salida estrecha, Donde el más racional pierde su instinto: Jamás mira su llama satisfecha, Y en fingiendo que está su ardor extinto. Es cuando más estrago hace su flecha. |