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Manuel Díez Crespo, España, 1910
Rosa nueva
y otra vez unos labios
rosa me invaden;
calor de ojos que piensan,
pétalos sufridos de aguardar
años y años y años...
Pongo mi boca. Sufro.
Plumas adoro,
noche encendida, deseo.
Ya quebrada la brisa,
más sed agotará mis luces
de pasión por la rosa nueva.
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