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María Pilar Martínez Barca, España
Bodegón doméstico
Se recoge en reposo la cocina.
Madrugado ha la madre al presentir
un primer resplandor
tras la ventana.
Ya todos se marcharon, y ahí reposa
la mesa en honda paz,
algo de leche,
o algunos cereales en el cuenco.
Perdura en las vasijas el aroma
de un encuentro inicial,
aquella fiesta,
o ese ritmo sereno de la vida
libada gozo a gozo, sombra a sombra.
Aquel tosco puchero guarda aún
la memoria sencilla de la abuela,
perdida en sus quehaceres
y sus rezos.
Quedó la servilleta en un sosiego
descuidado y hermoso.
El jarroncito
conserva silencioso la esperanza
de un ramo de claveles.
Penetra por el vano una luz íntima
dorando la mesita,
los volúmenes,
el cardo reposado en su silencio.
Avanza la mañana, y se aproxima
el cálido retorno de los seres.
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