|
|
María Clara González de Urbina, Colombia, 1952
Nombrar la ausencia
Hay ausencias que se aprenden a nombrar
como la infancia
o el aroma del pan recién horneado
Se deletrean ausencias de amigos que se marchan
de caminos que alguna vez se transitaron juntos
Se tejen las ausencias en tardes de llovizna
mientras se escuchan las historias del abuelo
Hay ausencias que marcan la existencia
–desde siempre–
como de padre muerto
Hay ausencias que se trenzan con los años
y un día cualquiera recordamos
con ternura de mar que se silencia
Pero nombrar su ausencia
¡Es imposible!
Habita mi universo
y aunque jamas lo nombre
la palabra ausencia
se ocultaría aprehensiva
cuando intente llamarla
para hablar de nosotros
Pacto
Por si acaso llovizna por tu calle
y quieres secar tu cuerpo
entre mis brazos
Por si el silencio te acomete
y recuerdas el lenguaje extraño
que aprendiste a mi lado
Por si regresas
a humedecer de lunas los recuerdos
Por si el trópico te reclama impaciente
entre sus verdes
O por si acaso es de noche en tu morada
dejaré la puerta abierta
Súplica
Por hoy
dame la mano
para engañarme
Dame tu cuerpo
para saciar mi sed
Por hoy
sólo por hoy
enséñame a mentir
como te mientes
cuando repites
que únicamente el vuelo
de un ave migratoria
te une a mí
|
|
|