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Mari Cruz Agüera, España, 1967
Te vi de lejos
Te vi de lejos como golondrina,
llevabas en las manos luz de olivo,
en la boca un tropel de fuego vivo
y un algo de Machado en la retina.
Como un papel que el viento lo domina
se alborotó mi corazón esquivo
y hoy tus aires de amante fugitivo
acechan a mi pluma en cada esquina.
No te busco, te encuentro entre mis cosas
como parte del nuevo mobiliario,
en un arcón cubierto por las rosas.
Y hoy descubrí al hacer el inventario
que en mis versos también tu alma reposas
llenando de dulzor mi diccionario.
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