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Martha Grondona, Argentina
Destino
perdida en la lenta llovizna
de mí misma
ebria del vino que bebí en tu mesa
arrojé en la fosa la ceniza
de mis huesos
la feroz carcoma se ensañó en mis ojos
mi cabeza
la yema de los dedos
se me cayeron las uñas
y la piel
sólo tengo un hueco en las manos
y qué le voy a hacer
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