|
|
Narciso Campillo, España, 1835
Sócrates
Ya la cicuta que su sangre hiela
de la vida los vínculos quebranta;
deja la carne muerta el alma santa
y, cual astro de luz, relumbra y vuela.
Discípulos que estáis de centinela
en torno del cadáver, ¿no os espanta
ese inmenso fragor, que se levanta
y luto y muerte y lágrimas revela?
De lejana batalla el son parece,
o el huracán, los bosques sacudiendo,
o voz del mar que rebramando crece.
Discípulos id: todo ese estruendo
es el antiguo mundo que perece;
son los dioses vencidos: van huyendo.
|
|
|