Nicole Garay,   Panamá


El árbol

Queriendo acaso darme un buen amigo,
cuando yo vine al mundo, una mañana,
sembró mi padre al pié de mi ventana
un árbol que creció a la par conmigo.

Callado confidente y fiel testigo
de las congojas de mi edad temprana,
prestó su copa, al elevarse ufana,
sombra a mi estancia y generoso abrigo.

Cuántas veces las gotas de mi llanto,
tras de surcar ardientes mis mejillas,
cayeron en sus hojas cual rocío;

Y causa al alma de simpar quebranto
fue el ver cuál se tornaban amarillas
las hojas que regaba el llanto mío.


 
A B C D E F G H I J K L M N O P Q R S T U V W X Y Z

Página Principal       Spanish Poetry