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Nora Bruccoleri, Argentina
Fogata de niños
Hijos del fuego con suave olor a pinos.
Dueños de palos colorados de juego.
El dominio del grito en la noche del barrio.
El grito que encuentra al verano
y con la cabeza al sol se cuenta todo el jugo
de tres naranjas a la orilla de la sombra.
Hijos del fuego que persiguen a la leña
por toda la falda de la tarde.
Conversan todos a la vez
con las llamas que huyen traviesas.
La noche descubre que comienza
en sus corridas que la desnudan
y desde alguna ventana
la mira quien añora días de infancia.
Aventura encendida que se va apagando
allí donde se amontona la paja del tiempo.
Media luna
Tu destino de puerto
aleja a los crueles olvidos
y deshace a los hombros del dolor,
como suele deshacerse la pronunciación
del tiempo sin estrella.
Tu destino de puerto
acerca, siempre acerca
a la tinaja que no envejece,
porque en el ajedrez de la vida
se llena, se desborda y se entrega,
como suele entregarse
la medialuna de los grillos
a la cereza de los enamorados.
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