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Pedro Soto de Rojas, España, 1590
Incendio
Subes, ¡oh, llama!, con veloz carrera,
de estos cansados leños desatada,
solicitando, en humo transformada,
el distante reposo de tu esfera;
pero al subir por la región ligera
te vuelve el viento burlador en nada:
¡ay de ti, cuanto amante, desdichada,
de mi más dulce acción imagen fiera!
Así disuelta, sube, el alma mía
del corazón, solicitando asiento,
a la esfera veloz de su alegría,
y nunca llega a conseguir su intento,
que es humo de mi ardor, y a su porfía
es un desdén dificultad del viento.
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