Pedro Henriquez Ureña,   Dominicana


De amor

¡Campanita de marfil!
¡campana, linda campana!
lo que yo te dije ayer,
eso ... lo veras mañana.
Yo no le canto a la rosa,
ni le canto a la azucena:
sólo a tí, mi prenda buena
porque eres fina y hermosa.
Para mí eres la preciosa
reina del prado en abril,
te canto décimas mil
porque soy tu enamorado,
¡tú eres la reina del prado,
campanita de marfil!
para mí no existen flores
por mas que puedad lucir:
solo a ti debo rendir
honores y más honores.
La reina de los primores
no ha sido la mejorana:
ere tú, bella y lozana,
hecha de gracia tan fina.
¡sigue conmigo, divina!...

Campana, linda campana!
la promesa de mi amor
puedes afirmar que es tuya;
porque no habra quién destruya
mi juramento de honor.
Le pido a nuestro Señor
que en su infinito poder
quiera el limite poner
de mi, prenda soberana
si no te cumplo mañana
lo que yo te dije ayer.
Juro a Dios que te quería,
que te quiero y te querré;
porque tú, campana mía,
linda flor de Alejandría,
eres la flor más galana,
eres la flor soberana
que hizo Dios en un capricho;
y todo lo que te he dicho,
eso ... lo vera mañana.


 
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