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Rafael Verson Brunet,   Cuba 
  
Algo extraño
  
Algo extraño se anuncia en mi cuerpo sensible 
que en lo íntimo turba y conmueve mi vida, 
y me clava, en la carne, una garra invisible 
el recuerdo lejano de tu cuerpo suicida.
  
Y se anima la llama del anhelo inextinto 
que antaño, insinuante, me obsedía por verte: 
en mi ser inferior me predice el instinto 
que de hallarte muy pronto a través de la muerte.
  
De mi cuerpo terreno, se diría que vibra 
un estremecimiento, en la íntima fibra 
por tu ser abolido, por tu psiqui olvidada.
  
Y al lejano conjuro que mi interno conmueve, 
me revela el instinto que he de hallarte muy breve 
a través de la muerte, del abismo y la nada. 
  
Rosas rojas
  
Estas rosas, pletóricas de escarlata violenta, 
rojas, cual el deseo, cual la venganza y cual 
las púrpuras intensas de una herida sangrienta, 
y que dan sensaciones de un veneno mortal,
  
semejan, entreabiertas, crueles bocas malignas, 
espléndidas en hondas lujurias venenosas. 
Estas rosas extrañas, estas rosas son dignas 
de los vasos de nieve de tus manos nerviosas.
  
Porque ellas florecen en raros maleficios, 
y tus manos florecen en ofrendas al vicio 
como ideas gemelas, como sueños que rimen.
  
A veces he sentido que se crispan mis nervios, 
pues he visto asomarse a tus ojos soberbios 
el fantasma silente del pecado y del crimen. 
  
 
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