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Roberto Armijo, El Salvador, 1937
Vuelvo a mi tierra
Bueno, vuelvo a mi tierra
a mi piedra, a mi llano
que maduró el verano
y que arrulló la sierra.
Morir lejos me aterra,
se adelgaza mi mano,
el alma es un milano
que en las luces se entierra.
Llora mi alma intranquila,
me da luz tu pupila
y me alumbra los sueños,
de estos días oscuros,
tenebrosos y duros
que nos vuelven pequeños...
Es lento mi sangrar
Es lento mi sangrar, ¿Por lo que Hiciste?
Por qué las piedras de tus hondas dieron
en los flacos del alma y conmovieron
mi corazón, ¿Que en soledad Heriste?
Por qué a mis sueños sin querer viniste
en inefables olas que cubrieron
mi ansiedad de esperanzas que se fueron
en la pura amistad, ¿Que me Ofreciste?
Que gima y que me halle en el segundo
más hondo de éste agonizar profundo
donde mi corazón abandonaste.
Quiero encontrarte siempre en el encuentro
de mi sueño y tu ausencia, eterno centro
del lascerante amor que me dejaste.
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