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Rosario Sansores, Cuba
El retorno
Yo sé que volverás. Yo sé que un día
suspirarán unidas nuestras bocas
y otra vez en la noche quieta y fría
se juntarán nuestras cabezas locas...
Sé que en tus horas de nostalgia evocas
el ámbar de mi piel y sé que sueñas
que estremecido entre tus manos tocas
dos palomas nevadas y sedeñas...
¡Ah! Yo también cuando la alondra canta,
sueño en tu amor y mi tristeza es tanta
que ya su peso el corazón ahoga...
Mi vida –silenciosa pasajera–
en el esquife azul de la quimera
sobre las aguas del recuerdo, boga...
Tengo celos
Tengo celos ¿no sabes? Tengo celos
de todas las mujeres que has amado:
de las bocas en flor, donde has saciado
la locura de todos los anhelos.
En mis lúgubres noches de desvelos,
me atormenta el recuerdo despiadado
mientras mi corazón apasionado
quiere en vano luchar con sus recelos.
Cuando poso en tu faz mi boca ardiente,
me parece que cruzan por tu frente
las risueñas visiones del pasado.
¡Odio entonces tus brazos vigorosos
y aborrezco tus ojos luminosos
donde tantas pupilas se han mirado!
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