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Ruben M. Campos, México, 1876
Celeste flor angélica...
Celeste flor angélica de cabellos castaños,
flor de pétalos suaves en los labios bermejos,
nacida en un alcázar de aljibes y azulejos
hace ya muchos siglos y hace apenas quince años...
Bajo crujientes sedas en góticos escaños
languideciste presa en torreones viejos,
viendo pasar perdiéndose a distancia, muy lejos,
el caballero Ensueño de los ojos huraños.
Mas hoy, libre y gozosa cual un abejaruco,
vuelas de rama en rama del árbol de la vida,
y en plenitud de gracia sueñas embebecida
que una danza habanera, un minué o un bambuco
mecen más dulcemente que las aguas a Ofelia,
porque la vida es breve y hay que mecerla, Celia!
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