Rubén Mosquera,   Colombia


España

Si hervir entre mis venas no sintiera
la enrojecida sangre de Castilla.
SI ante el altar sagrado la rodilla
con humilde fervor no se rindiera.

Si su sonoro idioma no tuviera,
que gloria fue de Moratín y Ercilla,
podría sin rubor en la mejilla
negar que de españoles descendiera.

Arrostrando del mar rigor y saña,
desde oculto repliegue de los Andes
he venido hasta ti, gloriosa España;

Vengo a inspirarme en tus recuerdos grandes,
y ávido sitio contemplar, do un día,
Colón, absorto, un mundo te ofrecía.


Ante la estatua de Bolívar

¡Vedlo! ¡Allí está! Parece que se anima
su enjuto rostro, su nervudo brazo;
súbdito de su genio, el Chimborazo
a soportar su pie dobla la cima!

La Libertad que como a Dios estima,
roto sintió de la opresión el lazo,
y, Padre de la Patria, unió en abrazo
los hijos del Rimac y del Tolima.

¡Habla fundido bronce! Dinos cuántas
al par que tristes, infecundas luchas
murieron, al surgir, bajo las plantas;

y si la voz del patriotismo escuchas,
yergue la frente, y en tus ojos muestra
el ígneo rayo que blandió tu diestra!


 
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