|
|
Serafín Estébanez Calderón, España, 1799
El anillo
Ve, pobre anillo, hasta la linda mano
de la hermosa que adora mi fiel pecho;
ve, ve, cumple y disfruta satisfecho
de galardón tan alto y soberano.
Dile, pues, que en tu óvalo galano
quisiera yo enlazar con dulce estrecho
mi blando corazón de cera hecho,
con el suyo, aunque helado y tan tirano.
En tu círculo de oro misterioso,
y en el firme diamante que te adorna,
el más constante eterno amor aprenda;
mas si me vende, el cerco prodigioso
tú mismo con estrépito trastorna,
y así esta magia su traición reprenda.
|
|
|