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Victoriano Crémer,   España, 1906 
  
Amor
  
Extenso mar, o renovado velo; 
cuna del sueño, en la que el ser madura; 
alondra vertical ganando altura 
en la flotante música del vuelo.
  
Si látigo, te ciñes con anhelo. 
Si beso, resplandece tu blancura 
y la tierra redime su clausura 
en la pradera extática del cielo.
  
De la raíz del hombre te alimentas, 
de sus juegos más nobles, y le dejas 
como una negra tierra fecundada.
  
¡Mírame ciego, Amor, buscando a tientas, 
en un mundo de adioses y de rejas, 
la salvadora luz de tu mirada! 
  
 
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