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Yolanda Blanco, Nicaragua, 1954
El silencio
Vení, lluvia, venite
dejate venir hasta cansarte
correte por estos lados
después más para allá
date gusto, agüita,
son todos tuyos los campos
sólo por vos
esperan abiertos los surcos.
Algo de mi reconozco
Algo de mi reconozco
en esa florecita blanca
algo de mi se sacude ese pajaro
revoloteando
estoy
lo sospecho
en una piedrita
de ese nido de oropendolas
me levanto
y me convierto en arbol
Mujerema
Doy las gracias por mi sexo
por la luna que rige las mareas mias
por esa sangre mensual vuelta mis hijos
por la apremiante vindicativa de lerdos
vilipendiosos codigos
por mis siglos sumisos de pronto altaneros
por las costumbres sociales que algún dia
me devolveran el dia
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