Trabalenguas

¡Esmerílemelo!

Otorrinolaringólogos otorrinolaringolan.

El que poca papa traga poca papa paga.

¡Saca el saco de sal al sol a que se seque!

¡Vaya con la yegua baya que saltó la valla!

Como poco coco como, poco coco compro.

¡Qué colosal col colocó el loco aquél en aquel local!

Col, caracol y ajo. Caracol, ajo y col. Ajo, col y caracol.

Mi mamá me mima más que lo que yo mimo a mi mamá.

Mucho me maravillaría si alguna maravilla llegara a maravillarme.

El hipopótamo tiene hipo. ¿Que tipo le quita al hipopótamo el hipo?

En el Este, éste está, está éste en el Este, pero el Este, ¿dónde está?

Poquito a poquito se empacan poquitas copitas en poquitos paquetes.

Ese bobo vino nunca beber debe, vida boba y breve vivirá si vino bebe.

Sirios serios comen ciruelas serbias. Serbios sabios comen cerezas sirias.

Comí cacahuates y me encacahuaticé, ahora como me desencacahuatizaré.

¿Por qué a la bota bota y a la pelota pelota, si bota más la pelota que la bota?

De generación en generación generaciones degeneran con mayor degeneración.

Oyendo lo que no debes o yendo a donde no puedes, ni oyes, ni vas, ni vienes.

Puedo porque puedes, porque puedes puedo. Pero si no puedes yo tampoco puedo.

El que sabe no es el que todo lo sabe sino el que sabe dónde aprender lo que no sabe.

Un cabo le dijo a otro cabo:  — Cabo, ¿cavo?  El cabo le contestó:  — Sí, cabo, cave.

En un huerto un cuervo hambriento se come el cuero del cuerpo de un puerco muerto.

Un tomatero tomó un mortero y mató a un matutero que tomó un tomate de su tomatera.

Si piensas que en ti pienso has pensado mal: ni pienso, ni he pensado, ni pienso en ti pensar.

El suelo está enladrillado, ¿quién lo enladrillaría? El que lo enladrilló, buen enladrillador sería.

Si la que plancha plancha con ocho planchas, ¿con cuantas planchas plancha la que plancha?

Ingenuo ingeniero, si en lugar de ingenuo fueras ingenioso, llegarías a ser un genuino ingeniero.

El amor es una locura que sólo la cura el cura, pero el cura que la cura comete una gran locura.

Sólo sé una cosa: sé que no sé nada. Si sé que no sé nada, algo sé. Sé una cosa: que no sé nada.

Yo como como como y tu comes como comes. No comas como como y no como como comes.

Con un puñal de acero te descorazonaría; pero si te descorazonara, entonces descorazonador sería.

Como quieres que te quiera, si quien quiero que me quiera, no me quiere como quiero que me quiera.

Si saltan cáscaras a tu cara cuando nueces descascaras, cuida que las cáscaras no descarcaren tu cara.

Si la sierva que te sirve no te sirve como sierva, ¿de que sirve que te sirvas de una sierva que no sirve?

Yo compré pocas copas, pocas copas yo compré, como yo compré pocas copas, pocas copas yo pagué.

Si le echa leche al café para hacer café con leche; para hacer leche con café, ¿qué hace falta que le eche?

Si el salsero no sazona su salsa con sal, le sale sosa su salsa;  le sale sosa su salsa al salsero si la sazona sin sal.

Favor con favor se paga, favor con favor pagaré, me favoreciste y te favorezco, favoreciéndome te favoreceré.

No habla como habla el abad, porque si habla como el abad habla, hablaría como habla el abad y nadie habla como el abad habla.

Tuve un tubo, y el tubo que tuve se quebró, para volver a tener el tubo que tuve, tuve que comprar un tubo igual al tubo que tuve.

No nos miremos, que miran que nos miramos. Si nos miramos, los que miran veran que nos miramos. Cuando veamos que no nos miran, nos miramos.

¡Qué linda mañana la de esta mañana! Si todas las mañanas fueran como la mañana de esta mañana, ¡qué linda mañana sería la mañana de mañana!

El empresario de la empresa tiene un empleado empresariado, el buen desempresariador que lo desempresariase, buen desempresariador sería.

Cuando cuentes cuentos, cuenta cuantos cuentos cuentas, porque si no cuentas cuantos cuentos cuentas, perderás la cuenta de cuantos cuentos contaste.

Me han dicho que has dicho un dicho, un dicho que he dicho yo, ese dicho que te han dicho que yo he dicho, no lo he dicho; y si yo lo hubiera dicho, estaría muy bien dicho por haberlo dicho yo.

Si tu gusto gustara del gusto que gusta mi gusto, mi gusto gustaría del gusto que gusta tu gusto. Pero como tu gusto no gusta del gusto que gusta mi gusto, mi gusto no gusta del gusto que gusta tu gusto.

El oso celoso está nervioso pues no encuentra la osa. Nerviosa la osa celosa busca al oso. Se encuentran los osos, después de un buen pleito hay sosiego y reposo, pues el oso ama la osa y la osa ama al oso.

Un podador podaba una parra; pregunta un podador que pasaba:   — Podador que podas la parra, ¿qué parra podas? ¿Podas mi parra o tu parra podas?   — Ni podo tu parra, ni mi parra podo, podo la parra que podo.

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